Por: Eduardo Ramos Garbiras
Odontólogo - Magister Salud Publica
La halitosis esta definida en la literatura como un mal olor procedente del aliento de una persona, y es un problema que normalmente está ligado a una mala higiene bucal o a diferentes patologías de la cavidad oral, y algunas veces también a enfermedades sistémicas más complejas..
Tiene una gran prevalencia en la población, puesto que se estima que más del 50% de las personas la padecen. Casi todo el mundo presenta halitosis al despertar, después de varias horas de sueño nocturno, cuando las estructuras de la boca han estado en reposo y la producción de saliva ha sido muy escasa. La mayoría de la población mundial que padece de Halitosis son personas que superan los 50 años de edad.
Etiología de la halitosis
Las causas de la halitosis pueden ser múltiples, desde escasa higiene bucal, hasta enfermedades tan graves como el cáncer de pulmón. El mal olor de la boca se produce por descomposición bacteriana de restos de alimentos entre los dientes, de saliva, de células de la mucosa oral o de sangre, que produce sustancias volátiles como ácidos grasos simples como el ácido butírico, ácido propiónico, ácido valérico y componentes de sulfurados derivados de las proteínas como la putrescina y cadaverina. Debido a esta producción de sustancias, más del 90% de las halitosis tienen su origen en la cavidad oral y cuando no existe patología, suele ser por higiene bucal escasa.
En clínica se observa frecuentemente que una de las causas más comunes de halitosis es la gastritis crónica. El tratamiento correspondiente alivia o cura este síntoma.
Tratamiento de la halitosis
El tratamiento de la halitosis tiene distintas fases consecutivas como:
Acudir a un odontólogo que explore la cavidad oral, todas las piezas dentarias y las encías. Es posible que aconseje un detartraje para eliminar la placa bacteriana y trate las piezas dentales con caries o extraiga las piezas en muy mal estado.
Uso de seda dental: para eliminar los restos de comida incrustados entre los dientes. Debe realizar después de las comidas y antes del cepillado dental.
Cepillado dental, como mínimo tres veces al día o después de cada comida principal y sobre todo nunca olvidar antes de ir a dormir por la noche. El cepillado de los dientes debe realizarse en todas sus caras y también debe incluir el dorso de la lengua. Se recomienda un cepillo dental suave si sangran las encías y una pasta de dientes que tenga un alto contenido en flúor.
Enjuages bucales tras el cepillado o entre cepillados. Su eficacia es transitoria y no deberían sustituir al cepillado dental.
Masticar chicle sin azúcar: es otro remedio contra la halitosis entre las comidas o entre cepillados de dientes, debido a que se aumenta la producción de saliva. Tampoco debe sustituir al cepillado dental.
Ingesta abundante de agua: se recomienda beber entre uno y dos litros de agua al día para favorecer la producción de saliva.
Evitar el tabaco, alcohol, y alimentos de intenso sabor u olor, que potencian la halitosis.
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