Hace apenas unas semanas comentaba con algunos colegas, refiriéndonos al tema de la vacunación que se había empezado a hacer por el COVID-19, que apenas esto pasara las cosas iban a ser distintas y que no habríamos podido vivir una peor experiencia que esta de la pandemia. Pero con lo que está pasando actualmente en el país nos hemos dado cuenta que pueden existir situaciones peores. Y así a algunos no les guste, estoy de acuerdo con el ex alcalde de Cali Maurice Armitage, cuando manifestaba que estábamos montados en una bomba de tiempo por el tema social que vive no solamente nuestra ciudad sino el país en general. Es una realidad que no podemos ocultar, nuestro país necesita la implementación de verdaderos cambios sociales.
Hoy tuve oportunidad de hablar un largo rato con Luis Hernando Franco Murgueitio, un buen amigo y prestante abogado, quien también preocupado como todos por la situación que se vive actualmente, y coincidimos en que definitivamente no podemos dejar en manos de terceros la solución a las realidades que estamos viviendo, sino que nosotros como ciudadanos tenemos que tomar acción y ser muy conscientes de las decisiones que tomamos sean pequeñas o grandes, pues la indiferencia y la apatía que hemos guardado por años nos han hecho cómplices y llevado a esta situación de incremento de la desigualdad social.
Indudablemente el Estado tiene las herramientas constitucionales para combatir la delincuencia y no dejar a los ciudadanos de bien en manos de los vándalos y grupos extremistas que todo lo quieren destruir; además que no otorgue exenciones tributarias a algunos y que solo ayudan a incrementar la desigualdad; y tenemos que exigirle al Gobierno que combata severamente la corrupción.
Nuestra Constitución nos da las herramientas para hacer veedurías y estar al tanto de las acciones de nuestros dirigentes. Tenemos que apropiarnos de esas herramientas para utilizarlas y exigirles que estén a la altura de las responsabilidades que les hemos encomendado.
Mantengamonos informados por fuentes serias y evitemos tanta información tóxica que está llegando a través de redes sociales y que no tenemos certeza que sean Fake News. Estemos atentos y en disposición de escuchar al otro. Revisemos nuestra historia para que podamos entender en algo lo que está pasando.
Podemos como ciudadanos, dar muchos aportes desde la legalidad para contribuir a los cambios sociales que requiere nuestra región y nuestro país. No caigamos en la trampa de ayudar a difundir información falsa, nosotros como residentes en nuestro hermoso Valle del Cauca sabemos de la bondad, del amor, de la hospitalidad de los habitantes de nuestra región con todas las personas que llegan a nuestro territorio; eso no lo podemos perder porque es nuestra esencia de vallecaucanos que nos ha caracterizado por años. No podemos dejar que nos estigmaticen y nos califiquen de racistas, mafiosos, violentos, tramposos, faltos de civismo, etc. cuando nosotros los que amamos esta tierra sabemos cuál es la esencia del vallecaucano. Desde nuestras redes sociales debemos enviar mensajes positivos y llenos de amor, en donde ayudemos a educar y levantar el ánimo a nuestros amigos y conocidos, mostremos la importancia de ser conscientes de que nuestra mejor y más poderosa arma es el voto. Hagámoslo a conciencia para que podamos exigirle a nuestros gobernantes la obligación que tienen de cumplir y hacer cumplir las leyes.
Estoy de acuerdo completamente con Luis Hernando en que debemos regresar a “una clase dirigente con verdadero liderazgo, entereza, transparencia, solidaridad y eficiencia”. Tenemos que apropiarnos de los mecanismos de participación ciudadana y “no dejar toda la responsabilidad en manos “del gobierno”, para librar una guerra frontal y generalizada contra las venas rotas de la asqueante corrupción, el desgreño administrativo, la laxitud en el control, la vergonzosa dilapidación de recursos públicos, la falta de censura y de sanción social, la impunidad que autoriza lo indebido”.
El mayor cáncer que corroe nuestra sociedad es la corrupción que se pasea campante por todos los estamentos, pareciera que ya fuera parte de nuestra cotidianidad y que nos hubiéramos acostumbrado a vivir con ella. Exijamos a nuestros gobernantes que la combatan frontalmente y con transparencia. Seamos conscientes de que habitamos en un hermoso territorio, que nuestro país es rico en recursos naturales y que bien administrados pueden darle posibilidades y oportunidades a todas las generaciones que hoy lo están pidiendo a gritos.
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