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Los Albores de la Odontología

Por: Eduardo Ramos Garbiras

Magister Salud Pública

Tallas de Marfil 1780, sur de Francia, 4 pulgadas de altura Representa lo que hasta la época significaba el dolor dental
Tallas de Marfil 1780, sur de Francia, 4 pulgadas de altura.

Es importante que conozcamos la historia de la odontología, porque de esta manera vamos a aprender a querer nuestra profesión y lo que hacemos. La historia de nuestra profesión, además de informar sobre la aparición de tecnología cada vez más compleja, permitirá verla como una profesión dinámica y actualizada.


Cuando descubra el esfuerzo dedicado por muchos pueblos al servicio del paciente con alteraciones de su sistema masticatorio, le permitirá la practica más consciente de sus responsabilidades


Todos los pueblos de la tierra, a través de su historia han tenido necesidad de solucionar sus problemas dentales, y el hombre como especie ha estado siempre sometido a problemas a los cuales siempre les ha tratado de encontrar soluciones. Revisemos rápidamente todas las culturas que se desarrollaron en occidente y que dieron origen a los inicios de nuestro conocimiento.


Mesopotamia

La Estela de Hammurabi de 7 pies de altura se conserva en Musée du Louvre, Paris

La Mesopotamia, entre los años 3500 y 3000 a.C., en la fértil llanura situada entre los ríos Tigris y Eufrates, asiento del actual Iràn e Irak se considera la cuna de la civilización debido a que ahí se han encontrado algunas de las manifestaciones más importantes de la humanidad; fue ahí donde se encontró el primer texto de moral conocido en el mundo Occidental como Código de Hammurabi (escrito por el rey Hammurabi alrededor de 1900 a.c.) en tablillas con inscripciones cuneiformes. Creían que los responsables de las enfermedades eran demonios que habitaban el cuerpo del paciente y para repeler y expulsar a los malos espíritus usaban remedios a base de gusanos e insectos.


En el código de Hammurabi se anuncian claramente las recompensas y castigos reservados a los practicantes de la medicina.: "Si un médico abría un absceso dental con el cuchillo de operaciones y conservaba el ojo del paciente, solía percibir diez ciclos de plata... " pero: "Si un médico abría un absceso con el cuchillo de operaciones y destrozaba el ojo, se le cortaban las manos. . ..". La Ley 196 dice "Si alguien lesiona el ojo de un igual, se le mutilará su propio ojo". Ley 200: "Si alguien arranca el diente de un igual, se le arrancará su propio diente". Ley 201: "Si alguien arranca un diente a un inferior, se le multará con un tercio de mina de plata".


Muchos pueblos tuvieron asiento en esta región y muchos de los conocimientos que se tienen actualmente vienen de los hallazgos arqueológicos que se han podido encontrar de estas culturas a través de los años.


Los Asirios

En Mesopotamia encontramos la cuna de Asiria y Babilonia. Los asirios fueron hombres de avanzado conocimiento en astronomía, medicina, estrategia y política. Desde el principio hay una estrecha relación entre religión y medicina. Contaban con practicas medicas basadas en conjuros y tratamientos con hierbas.


“Las caries era producida por un gusano que por maldición divina fue condenado a vivir en los dientes y las encías podridas”.

Ellos decían que las infecciones locales representaban peligro a todo el organismo, y de allí viene el concepto de infección focal, que se ha mantenido a través de los siglos.


Los Fenicios

Los fenicios eran un pueblo semita posiblemente originarios de Persia y se decían cananeos, que habitaban en el actual Líbano desde 1550 a.C. Se sabe que el rey Salomón consiguió allí los famosos cedros de Líbano para su templo en Jerusalén, de Hiram, rey de Tiro, a la sazón la principal ciudad fenicia. Se establecieron en la costa mediterránea, siendo magníficos marineros y comerciantes (hay constancias de los fenicios en la península ibérica).


En África fundaron el legendario puerto de Cartago, en la costa de la actual Argelia, fue una ciudad perfectamente planeada donde florecía el comercio, durante el imperio romano, Roma siempre envidió a Cartago y cuando la conquistaron, la derribaron, demolieron sus cimientos y regaron el terreno con sal para que no brotara ni el menor indicio de hierba.


Su religión era politeísta, sus principales deidades eran Baal y Astarté. No poseían una importante literatura propia, pero diseminaron el alfabeto semítico por toda la costa oriental del Mediterráneo. En la época del Imperio Romano, Pompeyo incorporó Fenicia a la provincia de Siria (64 a.C.) y desde esa época en adelante los fenicios, como nación, desaparecieron.


Protesis Fenicia del siglo V a.C. Mandíbula fenicia descubierta por Torrey en 1901

En 1862 Charles Gaillardot, cavando en una tumba cerca de la antigua ciudad de Sidón, descubrió una prótesis del año 400 a.C. Constaba de cuatro dientes inferiores naturales sujetando entre ellos dos dientes tallados de marfil que reemplazaban a dos incisivos desaparecidos. Estos dientes artificiales estaban unidos a sus piezas contiguas por hilos de alambre de oro. También en Sidón en 1901 se hizo un hallazgo espectacular, se trataba de una mandíbula de 500 años a.C., cuyos incisivos, gravemente afectados por una enfermedad periodontal, se habían sujetado con una intrincada ligadura hecha con alambre de oro.

Los Hebreos

El origen real de los pueblos semitas se encuentra también entre los ríos Tigris y Éufrates, donde inicialmente fueron pueblos nómades, pastores y con cultura muy limitada.


Recientes descubrimientos en una caverna de la antigua Palestina han delatado cinco maxilares superiores fosilizados, con una antigüedad de 150.000 a 200.000 años, que pertenecieron a varones, de las cuales les fueron extraídos en vida uno u o dos incisivos. Esta mutilación desde luego tiene como fundamento los rituales de iniciación de los púberes al igual que se sigue haciendo en muchas tribus del mundo.


Muchas referencias a los dientes datan del primer milenio a.C. Los dientes sanos se consideraban objetos estéticos. En la canción de Salomón (2:2) el amante afirma: -Los dientes son como un rebaño de ovejas recién esquiladas, que salen del baño; donde cada una tiene gemelos; y ninguna entre ellas es estéril. Además, los dientes eran considerados como símbolos de fuerza y su pérdida, relacionada con la debilidad y enfermedad. Las condiciones físicas que debe reunir un hombre para el cargo de sumo sacerdote, tal como constan en el Levítico, impiden el servicio de cualquier persona mutilada y, según interpretación de los rabinos, era considerado mutilado ¡alguien a quien faltara siquiera un diente!

Entre los proverbios de Salomón hay uno que estigmatiza a los explotadores de los desheredados: "Hay generación cuyos dientes son espadas y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y de entre los hombres a los menesterosos", aquí los dientes simbolizan al poder y la fuerza bruta.


En las Lamentaciones (3:16) Jeremías exclama: Dios me ha roto los dientes con guijarros- (esto tiene la implicación psicológica de humillación); y los cuentos judíos narran que Esaú, en su encuentro con Jacob, al cabo de veinte años, lloró porque sus dientes estaban flojos y doloridos. En el libro de Job se lee: "Mas ahora que el mal sobre ti ha venido, te es duro. . . y los dientes de los leoncillos son quebrantados".


Salmo: "Oh Yahvé, cuanto se han multiplicado mis enemigos. . . ! Sálvame, Dios, porque... los dientes de los malos quebrantaste".

Nótese como en todo el desarrollo de alusión a los órganos dentales se les hace contenedores de la fuerza, de la agresión, del poder.


La primera evidencia de odontología entre los Hebreos en el Talmud (305 a 407 d.C.): La mujer es más proclive a situaciones estéticas de la cara que el hombre. Los dientes podían fabricarse de oro, plata y madera. Los gusanos eran responsables de la caries. La enfermedad de la boca terminaba en gota. Tratamientos para curar abscesos: "Tome tierra cercana la puerta, mézclese con miel y cómase". Éstas y muchas otras evidencias demuestran que los hebreos practicaban algunos procedimientos odontológicos, pero se cree que principalmente eran estéticos ya que en sus tratados tenían un gran temor por la extracción de los dientes.

Los Egipcios

Egipto fue, ha sido y será una fuente de inspiración para el espíritu humano, sabemos de fondo que los albores de la civilización se dan entre los río Tigris y Eufrates, sin embargo Egipto ha desencadenado un amor por su cultura que para justificar este romanticismo, científicamente tuvo que inventarse el término Egiptología para denominar el estudio de tan maravillosa cultura y Egiptólogo al individuo apasionado y entregado a la búsqueda e interpretación de la misma.

Las enfermedades dentales eran frecuentes y graves, el hallazgo de restos humanos antiguos en forma de momias muestran enfermedades dentales de diferentes grados. El término momia es de reciente adquisición y se debe al vocablo árabe "mumiya", que significa betún, pues era esta substancia absolutamente necesaria en el proceso de preservación de los restos humanos.

Es en las riveras del Nilo donde encontramos los antecedentes de compuestos fricativos para su utilización como pastas dentales y consistían en limo del río, arena fina y aloe; este compuesto se restregaba a los dientes con una especie de estropajo (antecesor del cepillo dental), hecho con fibras de papiro, o bien con la totalidad del tallo denudada en un extremo.


No debe olvidarse que el verdadero padre de la medicina, mucho más antiguo que Hipócrates en Grecia, fué Imhotep, estudioso polifacético, experto en astronomía, literatura, arte -y por lo que le conocemos mejor- medicina (Siglo XXX antes de Cristo), quien vivio durante el reinado de Zoser y que era conocido también como el recipentario más antíguo del conocimiento universal y constructor de la pirámide más antigua, conocida como pirámide de Saqqara o Pirámide Escalonada, que cuenta con siete cuerpos escalonados y que tiene un situación geográfica que coincide con las pirámides de Teotihuacán, con Machu Pichu y con los dólmenes de Inglaterra conocidos como las piedras de Stonehedge atribuidas a los Druidas.

Tomaron de los asirios muchos conocimientos. Describen patología de la luxación mandibular y su tratamiento.


Mandibula encontrada con dientes ferulizados 500 años a.C. Se han encontrado puentes unidos con hilos de oro. Durante muchos años se dijo que esto era parte de los rituales religiosos que practicaban, como una forma de adornar los cadáveres. Hoy se ha visto a través de estudios, que estos procedimientos también se pudieron realizar como parte de los tratamientos que hacían. Hoy los historiadores no se ponen de acuerdo, pues hay que recordar que los egipcios hacían todo lo posible por enterrar sus cadáveres en el estado más completo posible, pues creían firmemente que el cuerpo debe permanecer intacto para poder albergar al alma en el más allá. De todas maneras, el hallazgo confirma que los antiguos egipcios poseían un trépano capaz de perforar un fino agujero en el cuerpo de un diente.


El primer dentista del que conocemos su nombre fue Hesi-Re, que vivió durante el reino de Zoser y a quien se describe en la placa ilustrada como «el más grande de los médicos que tratan los dientes-. Encontramos más evidencias de que el tratamiento odontológico estaba separado del tratamiento médico general en una estela encargada por el faraón Sahura como regalo a su médico favorito. En la parte baja de la estela hay una pequeña figura, identificada por una inscripción jeroglífica que la caracteriza como Men-Kaoure-Ankh, el «hombre del diente».


En esta Piedra de Pizarra el faraón ofrece comida a la Diosa Isis. Observese la bandeja con rebanadas de pan basto, alimento fundamental en la dieta egipcia. Esta dieta era la causa de muchas afecciones de los egipcios tanto en los ricos como a los pobres. Ya que el grano de arena que utilizaban, se mezclaba con la harina de trigo que producían, y esta arena era incorporada en la dieta, lo que producía grandes atriciones dentales.


Parece que entre sus tratamientos, estos primeros dentistas taladrasen agujeros a través de la cortical de la mandíbula para aliviar la presión producida por exudados purulentos asociados a abscesos dentales. Se han encontrado algunos cráneos con trepanaciones de este tipo; uno de los primeros, perteneciente al período del Reino Antiguo, se encuentra en la colección del Peabody Museum de la Universidad de Harvard.


Un hallazgo similar, hecho en una necrópolis cerca de Saqqara, pertenece al período del Reino Nuevo (1570-1085). Se trata de un cráneo humano que presen- ta el primer molar inferior severamente careado. Al nivel aproximado de los ápices de las raíces de este molar, se observan dos agujeros perfectamente cilíndricos, de exactamente cinco milímetros de profundidad y dos milímetros de diámetro cada uno, que conducen a los ápices de la raíz. No parecen fistulas que podrían haberse formado naturalmente, pues son idénticos. Este cráneo está depositado actualmente en el Musée de 1'Homme, en París. Aparentemente los egipcios eran muy hábiles en el manejo del trépano, como puede verse también en muchas de sus pinturas fúnebres.

Los Chinos

La medicina china tuvo etapas de esplendor y decadencia. Sobresale la causa a la que atribuían las enfermedades y consideraban que tanto la salud como la felicidad y el bienestar de los humanos se debía al equilibrio de lo opuesto: el "yang" y el "yin". El yang era lo masculino y representaba el cielo, el sol, la luz, el calor, la fuerza, la dureza, en fin las cualidades positivas. El yin era femenino y representaba la tierra, la luna, el frío, la humedad, la suavidad y todas las cualidades pasivas y negativas; cuando uno de los dos principio se trastocaba, aparecía la enfermedad y otras calamidades.


Las alteraciones bucodentales se trataban con ciertos fármacos como el acónito, ging-sen, ajo, riubarbo, raíz de granada y arsénico, así como excremento y orina de animales, todo esto se usaba en forma ingerida o tópica.


Desarrollo de la Odontología en Occidente

La presencia de Alejandro (El Grande, El Macedonio) en oriente, logra con su esfuerzo reunir en Alejandría los conocimientos más avanzados de oriente en todas sus ramas. Los relatos de sus escribanos, verdaderos científicos, en parte perdidos, fueron la base del conocimiento científico y biológico hasta el renacimiento. Auspicio la investigación y abrió la puerta para la disección de cadáveres.

Esculapio, Hipócrates y Galeno revelaron interés por las enfermedades de la boca.


Hipócrates libera a la medicina de las supersticiones. Decía que la enfermedad se debía a desproporción de los 4 elementos fundamentales: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra (aire, tierra, agua y fuego). La armonía de los cuatro elementos seria regida por la naturaleza y el enfermo tendría tendencia natural a curarse por si mismo desplazando o eliminando la impureza de los humores. Ello iniciaría la practica de las sangrías como terapéutica medica.


En la odontología antigua los tratamientos existentes se limitaban a eliminar el dolor. Para ello se usaban, además de conjuros mágicos con hierbas algunas pinzas rudimentarias para sacar uno que otro diente.

Los Romanos:

Hacia el año 450 a.C. se formó una comisión de magistrados para redactar un código legal para la nación, conocido más tarde como las Leyes de las Doce Tablas. Preocupados los romanos porque el oro empezaba a escasear, prohibieron en estas leyes que se enterraran los cadáveres con el oro que poseían, exceptuando los arreglos que se hubieran hecho dentales. Lo que ya nos lleva a suponer que los tratamientos odontológicos eran comunes en Roma, por lo menos en ciertos rangos sociales.


El primer médico extranjero de Roma que conocemos fue un griego que practicó la medicina sobre el año 219 a.C. Sin embargo, el primero entre los griegos en alcanzar fama y fortuna como médico en Roma fue Asclepíades, un nativo de Bitinia en Asia Menor, que llegó a Roma en el año 91 a.C. A pesar de no tener formación médica profesional, alcanzó un notable éxito en su campo y fundó lo que puede considerarse la primera escuela médica de la antigua Roma, que preparó el terreno y sirvió de antecedente para la fundación de la primera escuela médica que puede recibir el nombre de tal: la Schola Medicorum, fundada en el año 14 a.C.


En el imperio romano los médicos eran los encargados de realizar los pocos tratamientos odontológicos de la época, ello se puede ver en los trabajos de Galeno, quien estudio en Alejandría (centro científico del mundo) y que vivió en la capital desde aproximadamente el año 166 hasta su muerte en el año 201. Tenía una gran reputación y sirvió como médico del emperador Séptimo Severo en la corte romana. Recogió todo el conocimiento médico de su tiempo, y su trabajo se utilizó como fuente autorizada de la ciencia hasta los tiempos del Renacimiento, más de 400 obras de él se conservan, sobre sus estudios y hallazgos. Galeno siguió a Hipócrates en su recomendación de que el diagnóstico y el plan de tratamiento debían precederse necesariamente de la observación y el estudio. Galeno basó su teoría de la patología en el concepto hipocrático de los cuatro humores cardinales, cuyo equilibrio debía ser cautelosamente vigilado porque, de lo contrario, aparecería la enfermedad. Con la medicina galenica se inicia la practica de las sangrías, que ayudaría a independizar la medicina de la odontología.

La conciencia de los romanos de clase alta, en cuanto a higiene dental era más extrema que la nuestra, al menos en un sentido: cuando tenían invitados a cenar, se les proveía, además de los cubiertos normales, con palillos de metal finamente decorados, a menudo de oro, que se llevaban a casa de recuerdo. ¡Y se consideraba oportuno limpiarse los dientes en la mesa entre plato y plato!. Los de cierto rango social (patrones o patricios), contaban con esclavos que hacían el aseo de los dientes, con finos palillos elaborados en madera de lentisco (planta de tallo leñoso común en la región).

Santa Apolonia

Apolonia de Alejandría. Patronazgo Odontología. Santa Apolonia es una más del grupo de vírgenes mártires que sufrieron en Alejandría (Egipto) durante un levantamiento local contra los cristianos, antes de la persecución de Decio. Fue martirizada mediante la extracción violenta de todos sus dientes y por ésta causa es considerada la patrona de los Odontólogos y de las Enfermedades Dentales. De allí que sea invocado su nombre cuando hay un dolor de muelas. Los historiadores cristianos han proclamado que en los últimos años del Emperador Felipe el árabe (reinó entre 244-249), durante festividades para conmemorar el milenio de la fundación de Roma (tradicionalmente en 753, poniendo la fecha de la fundación cerca del 248 a.C.), la furia de la muchedumbre Alejandrina se convirtió en ira, y cuando uno de sus poetas profetizó una calamidad, ellos cometieron sangrientas atrocidades contra los cristianos, que las autoridades no hicieron ningún esfuerzo por detener.


Dionisio, el Obispo de Alejandría (247-265), relata los sufrimientos de sus feligreses en una carta dirigida a Fabio, el Obispo de Antioquia; algunos largos extractos de la carta se han preservado en Eusebius Historia Ecclesiae (yo: vi: 41). Después de describir cómo un hombre y mujer cristianos, Metras y Quinta, fueron agarrados y asesinados por la muchedumbre, y cómo las casas de varios otros cristianos fueron saqueadas, Dionisio continúa: "En ese tiempo Apolonia, parthénos presbytis (presbítera vírgen, lo cual seguramente no significa una virgen avanzada en años, como se deduce generalmente, sino una diaconesa) era considerada importante. Estos hombres la agarraron también y con repetidos golpes rompieron todos sus dientes. Entonces juntaron fuera de las puertas de la ciudad un montón de palos y amenazaron con quemarla viva si ella se negaba a repetir después de ellos palabras impías (como una blasfemia contra Cristo, o una invocación a dioses paganos). Fue entonces dada, por petición propia, una pequeña libertad, saltando rápidamente en el fuego, quemándose hasta la muerte."


De allí en adelante han surgido alrededor de Santa Apolonia, una serie de historias que nos muestran un martirio de la santa bastante conmovedor. Algunas historias dicen que después de solicitar que le desatasen las manos, sus verdugos pensaron que se disponía a acceder a sus peticiones, pero ella salto a la hoguera y desde allí manifestaba que quienes invocaran su nombre no sufrirían de dolores dentales. Muchas oraciones se han hecho a la santa, pidiendo su intercesión para eliminar el "dolor de muelas".


El 09 de febrero en la gran mayoría de países del mundo se celebra del Día del Odontólogo.


Cirujanos Barberos

Hasta el año 1000 de nuestra era, se consideraban los monasterios como depositarios de la ciencia y la verdad. Los monjes practicaban como labor humanitaria y hospitalaria la sangría para expulsar los malos humores causantes de enfermedad. Los barberos de la localidad auxiliaban a los monjes en sus practicas. El Papa en el año 1100 prohibió a los monjes estas practicas, que fueron heredadas entonces por los barberos.

Los cirujanos barberos son entonces los precursores de los médicos y los odontólogos actuales. Eran en su mayoría charlatanes que no tenían mayor preparación.

Incluían en Gran Bretaña a personas de inmenso valor humano y científico que llegaron a contar con asociación por privilegio real.


Guy de Chauliac (1300-1368) médico y círujano francés, escribío Inventorium Chirurgicalis Medicinae, en le cual analizaba la anatomía y erupción de los dientes. Recomienda la higiene dental con normas muy precisas. También citaba enfermedades dentales tales como dolor, la corrosión y aflojamiento, sugirió que ciertos oficios del barbero lo hicieran personas dedicadas a tal fin y propuso el nombre de “dentators”. Se llamo también en francés “operators”.


Odontología: Siglo XVIII

Ya aparecen practicas definidas en Francia e Inglaterra. Personas dedicadas a ello con elementos más o menos adecuados.

En Francia aparece Pierre Fauchard, considerado el "Padre de la Odontología". En 1728 aparece publicado el libro “El Cirujano Dentista” o “Tratado de los Dientes”. En él, Fauchard describe el torno rudimentario para taladrar dientes, además recomienda el uso de sillón dental y su necesidad para la comodidad del paciente y el operador, y plantea la necesidad de reglamentar el ejercicio de la profesión. Con esta publicación se da inicio a una nueva era de la odontología desde occidente.

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