Por: Eduardo Ramos Garbiras
Odontólogo - Magister Salud Pública
La práctica de los deportes y la ocurrencia de lesiones bucodentales en la misma, ha llevado a la odontología, a crear una nueva especialidad que es la odontología deportiva, que podríamos definir como la rama de la medicina deportiva que se ocupa de la prevención y el tratamiento de lesiones bucodentales y de alteraciones orales que estén ligada directamente con la práctica del deporte y el ejercicio. Los profesionales por lo tanto deben estar en capacidad de hacer exploraciones, y tomar medidas preventivas para evitar lesiones que pudieran ser muy obvias de acuerdo a la práctica de ciertos deportes sobre todo los que están relacionados con alto impacto.
Recordamos casos muy nuestros y famosos como la pérdida de sus prótesis dentales de ciclistas colombianos en el Tour de Francia 1984, que llevó a que tuviesen que realizar prótesis de repuesto de urgencia a las cuales no se adaptaron del todo y que probablemente disminuyeron mucho su rendimiento en esa competencia. Recordemos el episodio en este artículo de Jon Rivas para el periódico El País en el año 2020: “Martín Ramírez, que no había tenido plaza en el grupo, fichó por el System U para disputar el Tour, y fue el primer ciclista del país sudamericano que sufrió problemas dentales. Al ganador del Dauphiné se le cayó al suelo la dentadura postiza que utilizaba, y se le rompió. Tuvo que acudir a la salida de la tercera etapa, en Saint Denis, con una boca desamueblada. Pero no fue el único. Pocos días después Lucho Herrera perdió los suyos, también postizos, cuando tras el control de avituallamiento se comió un albaricoque. Cuando quiso lanzar el hueso, los dientes salieron tras él. Se dio cuenta enseguida, pero no pudo hacer nada. Circulaba dentro del pelotón y vio cómo su compatriota Edgar Condorito Corredor, el ciclista del Teka, que dirigía Luis Ocaña, pasaba por encima de la dentadura y la destrozaba. Aunque Herrera tuvo que alimentarse durante algunos días de productos blandos, consiguió imponerse de manera brillante en Alpe d´Huez y convertirse en el primer corredor de su país en ganar una etapa del Tour”.
Los qué conocemos un poco del tema, pudiéramos asegurar que si estos dos ciclistas hubiesen tenido una buena asesoría en odontología deportiva, probablemente no hubieran tenido este percance. Por ello es importante que los preparadores físicos, los técnicos y los médicos entiendan la importancia de la naturaleza deportiva pues ella va a ayudar a que el deportista este en sus plenas condiciones y facultades físicas e intelectuales. Muchas veces se excluye erróneamente la salud bucodental, y esta debe ser tenida en cuenta para un óptimo rendimiento.
Algunos estudios relacionan que problemas bucodentales como la afecciones periodontales, los abscesos, las fístulas y la aparición de pericoronitis pueden provocar lesiones distales, aumentando el riesgo de desgarros, dolores articulares o lesiones tendinosas.
En la cavidad oral hay prevalencia de infecciones crónicas que pasan desapercibidas, el Estudio Nacional de Morbilidad Oral ha mostrado un alto porcentaje de afecciones: gingivitis, periodontitis, caries, accesos, fístulas, dientes desvitalizados sin tratamientos previos, y otras afecciones que pueden influir en el rendimiento físico. Además de ello muchas de las bacterias presentes en ellas pueden viajar a través del torrente circulatorio y producir otros problemas relacionados a molestias musculares, articulares y cardiovasculares. Algunos estudios relacionan lesiones articulares y musculares como consecuencia de focos infecciosos dentales y periodontales.
La FDI recomienda que tanto los deportistas de élite como los aficionados hagan de la salud bucal su máxima prioridad. El estrés relacionado con el deporte puede provocar deshidratación, sequedad de boca y bruxismo. Las bebidas energéticas y ciertos alimentos y suplementos que contienen azúcares agregados e ingredientes ácidos pueden causar caries dentales y aumentar el riesgo de enfermedad periodontal y erosión dental. Además, una urgencia dental, como un absceso gingival, un diente infectado o una erupción de un diente antes de que una competencia atlética pueda afectar el rendimiento o incluso impedir que el atleta participe, según la FDI.
Una boca sana contribuye a un cuerpo sano. La mala salud oral puede tener efectos desastrosos en la salud general y el rendimiento deportivo.
Finalmente, practicar deportes de contacto y de combate sin la protección adecuada puede exponer a los atletas a un mayor riesgo de traumas orales y dentales.
Además de seguir una rutina regular de higiene bucal, la FDI recomienda usar un protector bucal, preferiblemente hecho a medida, incluso cuando solo ocasionalmente se participa en deportes de contacto. También aconseja contrarrestar los efectos de los alimentos y bebidas energéticas azucaradas, enjuagando la boca con agua después de comerlos o beberlos. Los atletas también deben optar por beber agua para mantenerse hidratados durante todo el día.
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