La asociación entre diabetes y enfermedad periodontal es bidireccional, es decir, la diabetes triplica el riesgo de sufrir problemas en las encías como la periodontitis y éstas a su vez pueden afectar negativamente a la diabetes, perjudicando el control del nivel de azúcar en sangre (glucemia). Sin embargo, esta peligrosa relación es una de las grandes desconocidas de la población en general y de los diabéticos, en particular.
Las enfermedades periodontales son más frecuentes y suelen estar más avanzadas en las personas con diabetes (tanto en aquellos que tienen una diabetes tipo 1 como la 2) respecto a no diabéticos. Pero no solo eso: estos trastornos de las encías progresan más rápidamente en los pacientes con diabetes y el mal control de la glucemia en pacientes con diabetes también se asocia con un incremento significativo del riesgo de pérdida de nivel de inserción y hueso alveolar. Y, al revés, los problemas de las encías aumentan el riesgo de sufrir complicaciones de asociadas a la diabetes y se triplica el riesgo de mortalidad cardiorenal (enfermedad cardiaca y nefropatía diabética, combinadas) que los diabéticos con encías sanas.
De hecho, ya se considera la enfermedad periodontal como la sexta complicación de la diabetes, después de otros problemas tan conocidos como los daños en la retina o el pie diabético. «Mantener las encías sanas y realizar un tratamiento periodontal lograría al mismo tiempo mejorar el control de la glucemia y tener una boca sana», asegura David Herrera, presidente de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA).
Un círculo vicioso
La relación que existe entre la diabetes y la enfermedad periodontal está ampliamente documentada, es bidireccional y se retroalimenta. Por un lado, la existencia de infecciones periodontales tiene negativas consecuencias en el diabético. Como recuerda Carrasquer, «en general, el paciente con diabetes tiene una mala tolerancia a las infecciones, ya que éstas provocan una resistencia en el organismo a la acción de la insulina, produciéndose alteraciones de la glucemia que pueden llevar a situaciones graves (como el coma diabético)»; por ello, subraya, «es muy importante evitar las infecciones de origen bucodental». Incluso, la característica pérdida de dientes que acompaña a muchas infecciones periodontales tendrá repercusiones en la dieta y, por lo tanto, en los hábitos alimenticios del diabético.
Y es que no sólo la infección de las encías va a dificultar el control de la diabetes, sino también el manejo de las complicaciones a nivel general que acompañan a la enfermedad. Además, aclara Carrasquer, «la periodontitis severa puede representar un importante factor de riesgo para la progresión de la diabetes». También se sabe que un buen tratamiento y control de la enfermedad periodontal en el diabético facilita el control de su glucemia, disminuyendo así el riesgo de complicaciones derivadas.
Detección precoz
Las consultas de Odontología pueden convertirse en centros de detección precoz de la diabetes que podría llevarse a cabo con evaluaciones periódicas y la revisión de la salud de las encías de manera regular. Así se conseguiría mejorar la salud de las personas que ya tienen una diabetes diagnosticada y ayudar a detectar precozmente la enfermedad desde el sillón del dentista.
Otra forma de evitarlo es huir del tabaco, un mal hábito que daña las encías y favorece la diabetes. «La prevención de la periodontitis es la mejor forma de controlar la influencia negativa que esta infección provoca en el diabético», sentencia López Alba.
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